Hay tantas y tantas cosas que decir que uno no sabe por dónde empezar. Quizás un buen inicio sería felicitar al rival, ese Real Unión de Irún que desde la humildad de la 2ªB, y desde el sacrificio de los jugadores semiprofesionales de los campos de tierra, han puesto a los dioses del Olimpo en su sitio. Difícil es decir gracias, pero honroso es, al menos, darles la más sincera enhorabuena y desearles el mejor de los progresos en la actual edición de la Copa del Rey. Ojalá acaben demostrando que no sólo el Madrid fue malo, sino que además ellos fueron buenos.
A estas alturas de la temporada ya ha quedado claro que el Real Madrid es aspirante a nada en lo que resta de competición. Y eso que estamos en noviembre. Visto el panorama, lo último que le apetece al aficionado madridista es que llegue el próximo partido. Y cuando éste llega, porque el tiempo vuela, lo que más le apetece es que termine cuanto antes para ver si con eso se puede por lo menos salvaguardar algo del que antes fuera un ilustre club, aunque ahora, y desde hace unos años, reconvertido en casa de citas.
De Casa Flo a Chez Calderón, el Madrid sigue siendo un lupanar. Un puticlub, para el que lo prefiera. Difícil es servir o servirse de un club cuando el que lo pretende no sirve para nada.
0-1: Abasolo (min. 13)
1-1: Raúl (min. 35)
1-2: Salcedo (min. 48)
2-2: Raúl (min. 50)
3-2: Bueno (min. 68)
4-2: Raúl (min. 85)
4-3: Romo (min. 89)
Los optimistas, que aún los habrá a estas alturas, dirán aquello de que al menos se ganó el partido. Los realistas preferirán ver las cosas tal y como son: se cayó sin honor, sin honra y sin orgullo. Se cayó sin orden ni concierto. Se cayó con el grueso de las tropas reculando, con los cobardes huyendo, y con el pueblo, como casi siempre pasa, puteao. Y es que lo que le queda al madridismo de aquí al próximo mes de junio del año 2009 va a ser, salvo milagro benedictino, todo un calvario. Quizás haya llegado la hora de votar a un presidente negro, aunque parece poco probable que los oligarcas y oligofrénicos, mucho menos democráticos que los estadounidenses, acaben consintiendo semejante renovación.
Este Real Madrid, el de Schuster, el de la excelencia, el de los planes supertecnificados de Calderón y Mijatovic, da auténtica lástima. Porque pocas cosas más lastimosas hay que no ver las propias limitaciones, que no darse cuenta de las debilidades internas o que obviar realidades tangibles. Es triste creerte el mejor del mundo y tener que levantarte un día topándote de bruces con la cruda realidad: eres un mierda. Y lo que te hace ser aún más mierda son todos esos años de golpes en el pecho y de ir por ahí presumiendo de lo larga y gorda que la tienes.
Se dijo adiós a la Copa, pero qué demonios... ¡¡bienvenida travesía por el desierto!! Naufragando en la Champions y hundidos en la Copa, lo que resta de Liga servirá para acabar a 20 ó 30 puntos del campeón, otro récord histórico que le queda por batir a este gran club. Perdón, a este lupanar.
No se puede presumir de valores cuando se carece de ellos.
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