jueves, 15 de febrero de 2007

Y fueron felices y comieron perdices...

Artículo original por Sidekick para La Moviola [www.rafanomejodas.info]
Suscríbete a La Moviola de Rafanomejodas por Email

La imagen del día en lo referente al inexistente «caso Eto'o» fue preciosa, digna de un Pulitzer: Judas Iscariote abrazando a Jesucristo Superstar. Y es que el mismo día en que San Valentín celebrababa su onomástica y los enamorados desataban su pasión, lo menos que podían hacer Eto'o y Ronaldinho era pegarse un buen abrazo de cara a la galería.

Lo cierto es que esto del fútbol va tan rápido que uno ya no sabe con qué quedarse, si con lo de un día o con lo del otro. A estas alturas ya todos sabemos que Ronaldinho le pone los cuernos a Laporta con Rosell y el míster, y que el amor de Eto'o y Rijkaard es prácticamente imposible. El holandés mira a su pupilo, le sonríe pícaramente, le lanza balones por encima de la portería, ¿pero qué sucede al llegar al vestuario? ¿acaso Frank le toca el muslito por el lado de dentro a Samuel? ¿le deja notitas juguetonas en la taquilla? ¿le jura y perjura que dejará a su Ronnie por él? Pues parece que de eso, rien de rien.

Samu está harto de huír, de esconderse, de ocultar que se anhelan, que se aman, que se ansían, que se desean, harto de evitar que sus miradas se crucen para que no surja la chispa del amor, esa chispa capaz de incendiar cualquier vestuario. Mientras tanto, Frank sabe que aunque sólo sea por guardar las apariencias debe permanecer junto a Ronnie, por mucho que se le desgarre el corazón al darle la espalda a Samu; su muchachito, su efebo de ébano, su musa de porcelana.

Y los niños, ¿qué piensan de todo esto los niños? ¿quién se acuerda de los niños? A los niños llevan 24 horas preguntándoles que a quién quieren más, si a papá o a mamá, y ellos andan que no saben. Porque claro, papá trae la comida a casa, pero la que la cocina es mamá. «Lo mejor - pensarán unos niños que ya van siendo mayorcitos - es que decida el juez, que estos se den de hostias todo lo que quieran, y que yo me quede con la casa, que tal y como está la vivienda es mejor no arriesgar».
Por si todo esto acabara por desmadrarse, los familiares ya se han apresurado a decir que no pasa nada, que todo está bien. Incluso a alguno se le ha ocurrido la brillante idea de empapelar la ciudad con el bello gesto del entreno.

En cuanto a los vecinos, ya sabemos lo envidiosos y roñicas que son. Se pasan el día cuchicheando a espaldas de la problemática parejita, enfrentándolos entre sí y con sus respectivos amantes, y tirándoles de la lengua más de lo estrictamente necesario para luego tener tema de conversación en la pescadería. Están a un paso de empezar a robar las bombillas del portal.

Todo un amor de cuento.

Deja tu opinión en nuestro

No hay comentarios: