jueves, 19 de abril de 2007

Sobre los árbitros

Artículo original por Sidekick para La Moviola [www.rafanomejodas.info]
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Vaya por delante que a mí eso de que se amenace a un árbitro y a su familia me parece de lo más cutre. Y digo cutre por no decir algo más fuerte, porque seguro que podríamos encontrar mil expresiones que se ajustasen mejor a semejante comportamiento.
Ahora bien, yo creo que son los propios estamentos federativos los que podrían aportar una solución útil y válida que arreglara todo este tinglado. Porque con amenazas o sin ellas (mejor sin ellas, por favor) lo que hay que reconocer es que el nivel del arbitraje español es paupérrimo. Por mucho que entre unos y otros, entre Villares y Arminios, digan que es cojonudo y que son poco menos que ingenieros de la NASA.
Es poco realista pedir que el aficionado no se cabree cuando su equipo acaba perdiendo un partido por un error arbitral. Y como es poco realista, lo que habrá que hacer no es sólo pedir cordura, sosiego y tranquilidad, que también, -aunque eso de repetir que «esto es sólo fútbol» quede un tanto hipócrita en boca de tíos que se hincan 100.000 euros por 90 minutos de curro-, sino también, además, buscar cosas que faciliten la labor del árbitro, que minimicen sus errores y que pongan a todos los que componen el mundo del fútbol al mismo nivel.
1.- Árbitros profesionales
No es lógico que en el superprofesional mundo del fútbol, en el que se mueven millonadas en concepto de traspasos, premios, primas y salarios, los árbitros sigan siendo, entre semana, gruistas, carpinteros, albañiles, carteros, enfermeros, médicos, abogados, ingenieros o vendedores ambulantes. Que a mí todos ellos me parecen trabajos estupendos y maravillosos, pero yo no conozco ningún profesor que los fines de semana se ponga a cortar chuletas en la carnicería del Mercadona. Si la de árbitro es una profesión, tal y como se defiende desde muchos y muy diversos lugares, los que se dediquen al arbitraje tendrán que ser profesionales, y no tíos que tengan por hobby vestirse de negro y darle al silbato en fines de semana.
Los jugadores entrenan siete días a la semana, y por tanto al que imparte justicia sobre un terreno de juego no se le puede exigir menos que al futbolista. Yo no sé si el arbitraje da como para hacer de ello una profesión al uso (40 horas semanales, p'a que se me entienda) pero digo yo que algo de material habrá para trabajar, para entrenar físicamente, para repasar conceptos, visionar jugadas, errores, aciertos... ¡¡Qué sé yo!! Lo desconozco, pero a mí sentado en el salón de mi casa se me ocurren mil cosas. Lo que creo que hay es una evidente falta de ganas de modernizar el fútbol. ¿Por qué? Vaya usté a saber.
2.- Sancionar el error, premiar el acierto
Si al futbolista, cuando comete uno o varios errores de forma reiterada, su entrenador le impone una sanción (económica, deportiva...), lo coherente sería que a los árbitros, toda vez se dice que son profesionales, también se les imponga una sanción cuando cometan determinados errores. Un penalti lo puede fallar cualquiera, igual que un penalti inexistente también lo puede pitar cualquiera, pero cuando uno falla muchos penaltis lo lógico es que no los siga tirando, al menos hasta que los haya entrenado. Sería lógico por tanto pedir que un árbitro que repetidamente comete ciertos errores, pase a la nevera.
Uno de los problemas que subyacen hoy en día en esto del fútbol es que el futbolista, el directivo y el aficionado se sienten impotentes cuando un error ajeno perjudica sus intereses y los de su equipo. En realidad, todos aceptamos al árbitro como la máxima (y de hecho única) autoridad sobre el terreno de juego, pero es difícilmente comprensible que su autoridad sea incontestable. Y si la contestación en la que están pensando algunos es el famoso Comité, permítaseme el descojone. No estamos hablando de corregir el error una vez cometido, sino de 1) prevenirlo mediante una preparación exhaustiva y profesionalizada y 2) castigarlo de forma proporcionada cuando se comete de forma reiterada. Vamos con el 3).
3.- Apoyo del vídeo
Parece mentira que en pleno S. XXI sigamos discutiendo sobre la necesidad de utilizar el vídeo como apoyo visual del árbitro durante la disputa de un partido de fútbol. Si cualquiera de nosotros, cómodamente tumbado en el sofá de su casa, puede ver en segundos la repetición de una jugada y determinar si está o no correctamente arbitrada, es incomprensible que no se haga uso de esta posibilidad que nos brinda la tecnología para darle una utilidad que trascienda la mera información para el espectador. Un cuarto árbitro, escondidito en su garita y con una pantalla de televisión delante que retransmita la misma señal que emiten las cadenas, no le haría daño a nadie. O quizás sí.
Y digo que quizás sí porque entonces la polémica quedaría erradicada del mundo del fútbol, ¿y de qué vivirían los periodistas? ¿de qué hablaríamos en los bares? ¿quién pediría la dimisión de Villar? ¿a qué plano quedarían relegados los Loperas, Mijatovics, Quiques, Luises Fernández y demás purria del balompié? En definitiva, ¿qué sería esto del fútbol sin polémica y sin algún que otro gilipollas jodiendo la marrana? Creo que va siendo hora de planteárselo.

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El gol de Messi al Getafe

El video del gol de Messi al Getafe lo acabaremos viendo hasta en la sopa pero la verdad es que es un auténtico golazo. Recuerda mucho la factura a aquel de Maradona a Inglaterra. Si bien esto es semifinales copa contra el Getafe no deja de ser un gol al alcance de muy pocos jugadores, por no decir ninguno en la actualidad.



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